Esta vivienda del siglo XVIII, ubicada en el corazón de Sevilla, ha sido reformada con mimo para adaptarse a las necesidades y gustos de la familia, manteniendo intacto su encanto histórico. El diseño ha respetado elementos originales clave como las vigas de madera de los forjados y el ladrillo visto del patio, preservando la esencia de la arquitectura tradicional andaluza. La reforma se centró en renovar la distribución interior para hacer los espacios más funcionales, además de actualizar las instalaciones de gas, electricidad y fontanería cumpliendo con las normativas actuales. Se mejoraron también el aislamiento térmico y acústico, logrando una vivienda más eficiente sin alterar su estructura principal ni su organización tipológica. El resultado es una casa que combina la autenticidad de sus materiales originales con las comodidades actuales, ofreciendo un hogar cálido, lleno de historia y perfectamente adaptado al estilo de vida de sus habitantes.